En el pasado mes de septiembre, la compraventa de viviendas retrocedió un 1,1% en relación al mismo mes de 2019.
Su mayor cifra desde febrero, antes de declararse el Estado de alarma. Según los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este es el séptimo mes consecutivo de descensos durante este año, pero el de septiembre es el más leve de todos ellos. Desde marzo se han paralizado muchas operaciones de compraventa que ya estaban en marcha.
Gracias a estos datos, podemos vaticinar que la demanda de la vivienda se está despertando, y que la caída del mes de septiembre nos puede hacer pensar que pronto recogeremos datos positivos en esta estadística.
Un factor clave en el resurgimiento de la compraventa ha sido los meses de confinamiento. Esto ha hecho que la población le dé un mayor valor a sus viviendas. Ha aumentado el interés general por cambiar de casa.
Otro dato llamativo es que, a nivel mensual, la compra de vivienda crece un 20% con respecto al mes de agosto. Que este dato sea llamativo se debe a que agosto suele ser un mes donde se cierran muchas operaciones de compraventa. Este crecimiento es debido a que muchas de estas operaciones se han firmado en septiembre.
Es importante destacar que el perfil del comprador de vivienda tras la pandemia ha cambiado, al igual que sus necesidades. Lo que ahora buscan los españoles son viviendas más grandes, con zona exterior y con más luz natural. Al buscar estas características, se está llevando la demanda de viviendas a las periferias de las ciudades.
Por último, debemos mencionar que la vivienda usada ha sido el motor de la recuperación del sector. Siete de cada 10 compradores adquiere una vivienda de segunda mano. Por ello, el descenso registrado en septiembre se debe, especialmente, a la vivienda usada.
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